Un
museo y una casa de arte en Caxa.
“Risas,
silencios de asombro
juegos con la arena de playa
y el bostezo de una Caxamarca
que
se desarmó
ante
los colores de los abrazos”
(Q´inti)
Hace dos años, animada
por la compañera Vilma Rodríguez[1], conocí
a Daniel Cotrina y Manuel Limay,
artistas plásticos quienes en esa oportunidad acogieron la presentación de mi
poemario “Colibrí de Papel, poética de
a-Las de Lata”. Desde ese primer encuentro alimentamos los deseos de aproximar
nuestras diversas prácticas artísticas y poder encontrarnos con otros artistas de una manera
diferente a la del centralismo y academicismo limeño.
El pasado julio
empecé a diseñar en Lima la propuesta “AJUTAP, reciclaje de artistas 2016”[2], que
este año acogió a dos jóvenes vinculadas
al teatro de títeres de Francia. Hice consultas y fue Daniel Cotrina quien me
sugirió la visita al Museo de la Marioneta de su ciudad, que como es de
suponer, lamentablemente es una apuesta quijotesca por conservar y mantener sin
ninguna ayuda un patrimonio artístico de casi tres siglos. Esto definió la ruta
hacia Caxamarca.
El MUSEO DE MARIONETAS “MANUEL NICANOR TAICA” de
Cajamarca
Ubicado a veinte
cinco minutos del centro de la ciudad de Cajamarca encontramos el Museo, ahí
nos esperaba Don Rafael Taica, actual custodio de las marionetas. El museo
consta de una sala pequeña para toda la
colección que alberga, sin embargo en cada vitrina pudimos encontrar trozos de
la historia de la ciudad, de sus habitantes y algunas de sus leyendas. Conocimos también que la tradición
de la marioneta fue llevada a esa ciudad por unos visitantes austriacos que
estuvieron afincados unos años en la ciudad. Luego la curiosidad y talento de
Manuel Taica pudo desarrollar más este oficio-arte, constituyendo una tradición
familiar. Las viejas marionetas suspendidas por el tiempo nos contaron de la
exquisitez de sus fabricantes para retratar los rostros o para confeccionar los
trajes, pero siempre con la intención de
contar algo. El museo y don Rafael nos transmitieron la ausencia, el olvido y la
batalla de ser marionetero en una realidad como la nuestra. También es posible constatar
la desvinculación de otras dimensiones de la vida
social de la
ciudad con el patrimonio humano. En ese espacio la educación, cultura y turismo
son tan ineficaces para vincularse con el arte vivo.
En cuanto a
AJUTAP, sentir la soledad y la frustración de don Rafael Taica nos permite reconocernos como parte de un
camino común en el arte, nos avivó con toda su verdad el compromiso por seguir trenzando relaciones con
más maestras, maestros y experiencias que están cerca de nuestras preguntas más
profundas como artistas.
ACHIKWAYRA, los colores de la tarde
El segundo día
fuimos al Centro de Arte donde Daniel Cotrina (maestro) y Manuel Limay (discípulo)
han abierto en la casa de Manuel. Es un
espacio de juego, exploración, aprendizajes y crecimiento humano con arte; donde
los niños, niñas y jóvenes del barrio acuden libremente, este espacio también
alberga un taller de creación.
En Achikwayra
todo está vivo, no fueron muchos los que encontramos esa tarde pero se podía
sentir el cariño, los deseos de “hacer”, la confianza y un silencio delicioso
que nos revelaba de alguna manera el corazón de esta experiencia. Ahí, Manuel
ejerce de maestro, un ser provocador de la experiencia del color y de los
trazos. Nos mostró y habló largo de los trabajos de los pequeños, mientras
los lienzos y dibujos fabulosos, de su autoría, custodiaban todo desde las
paredes.
Por nuestra
parte llevamos para compartir algo de nuestras obras. Erika Oliveira
(Sudáfrica-portuguesa) titiritera llevó unos cuatro muñecos para entrar en
convivencia con los pequeños; Emilie García (francesa) productora de teatro de
marionetas en Francia, llevó sus mejores ojos para mirar y aprender. En cuanto
a mí, preparé algunos objetos para presentarles mi reciente poemario “Niebla”.
En todo momento
estuvo presente Daniel, quien camino ida y vuelta hasta el centro de arte, nos
habló no sólo del nacimiento del proyecto sino de lo que hoy significa. Eso lo
puedo resumir en una frase: Crear, dar vida y crear
Esa tarde se abrió
lentamente a la luz de pequeños dibujantes en el patio con la cercanía de su
maestro. Luego, la invitación a que jueguen libremente con los títeres, encontrando ellas y ellos sin
ninguna indicación los principios básicos del manejo de títeres como son: la
entrada, la salida, el saludo y la representación de historias. Finalmente,
dentro del taller con ayuda de unas velas y algo de música presenté mi
poemario. Tuve un público extraordinario, de entre 6 y 12 años dispuestos a la
poesía. Ayudada por la magia sencilla de la arena de playa que llevé para mi
representación puede deshacerme entre ellos, buena parte de la arena se quedó
en Achikwayra.
Fueron dos días
y tres noches en Caxa, donde de otras maneras
Máxima Acuña, Vilma Rodríguez y
Raphaéle Fleury[3]***
estuvieron presentes. Agradecida a las personas que hacen posible el Museo de
la Marioneta de Cajamarca y el Centro de Arte
Achikwayra, así como a mis
compañeras de ruta Erika y Emlie por
permitirme un nuevo encuentro con la resistencia
creativa en que nos movemos también los que asumimos la misión del arte.
“Un poquito de arena de una
playa
venida de un mar que aún no
conocen
pero que ya escuchan
la danza eterna por caminar
asombrarnos, compartir,
llorar, reír
y dejar anochecernos juntos.
(Q´inti)
18-08 2016
Hildy Quintailla
Ocampo (Q´inti)
Directora de
Mashara teatro intercultural
[3] Raphaéle Fleury, marionetera francesa que hace años conocí y con quien me une una búsqueda y diálogo especial por el teatro de objetos y la vinculación entrañable con el mundo andino. Ella animó a Erika Olveira y a Emilie García a entrar en experiencia conmigo.
Wilder, Hildy, Erika, Emilie con tres de nuestras pequeñas artistas
Wilder, le muestra a Erika las obras de los niños.
Hildy, firmando nuestro cuaderno de visitas.
Erika, firma nuestro libro de visitas
Emilie, firma nuestro cuaderno de visitas.
Erika, mostrando los titeres a nuestros pequeños artistas.
Los niños juegan con los títeres, e improvisan un drama.
Apreciando las pinturas de los pequeños artistas
Hildy, presentación especial para los niños, del taller , de un fragmento de "Niebla"