Primera obra de creación colectiva. |
Comenzar el año, con un cambio, ha sido para los que integramos el Centro de Arte Achikwayra, el inicio de una nueva etapa, luego de haber estado tres años compartiendo con los niños de Puyllucana, bella y apacible comunidad, donde pudimos recrear con colores y formas el imaginario de los niños que durante las tardes hicieron que el taller se ilumine con sus sonrisas, colores, e imágenes que quedaron plasmadas en nuestra memoria como en la de los pequeños artistas. Son numerosas las experiencias con las que nos quedaremos y estamos seguros que a los niños la vivencia artística que han tenido en este tiempo marcará su vida.
Nos trasladamos a la comunidad de Santa Bárbara ubicada en el valle de Cajamarca, como otras comunidades ha crecido demográficamente con una considerable población de niños y jóvenes en su mayoría de origen rural que están viviendo el proceso de urbanización acelerada que esta sufriendo el distrito de Cajamarca.
Es una nueva experiencia que en esta oportunidad la va ha dirigir el joven artista Wilder Limay, que vive en la comunidad donde ha implementado su taller en el que realiza su trabajo creativo profesional. Él va ha compartir su experiencia como artista dando un espacio para que los niños con ganas de dibujar y pintar asistan por las tardes para crear bajo su orientación. Siempre que iniciamos un taller lo hacemos sobre el cumulo de cosas aprendidas en las comunidades en las que hemos estado, sin embargo el artista responsable le imprime su estilo personal enriqueciendo y aportando en el proceso de la creación infantil que en esta oportunidad se centra en los niños y jóvenes de Santa Bárbara.
La creatividad de los niños es sorprendentemente rica y desborda siempre las expectativas que se tienen, especialmente cuando se aprecia como los niños recrean sus formas fuertemente expresivas en el espacio plástico donde el color ilumina su percepción del mundo y su vida que plasma en cada una de las creaciones que realiza. El artista, en nuestra propuesta, comparte su taller, pero no queda solo en eso sino que se convierte en el motor que impulsa anima el desborde creativo sin esquematizar la creación motivando siempre a la experimentación de los materiales, el color, de las formas a partir de temas personales vinculados a la comunidad. De esta manera posibilita una creación artística impregnada del espíritu libre de los niños llevándoles a explorar sus propios mundos. En esta interrelación artista profesional y niño artista se complementan dos maneras de abordar la creación que se influyen mutuamente favoreciendo la creación de ambos.
Comenzando la creación |
Primer grupo de niños, listos para empezar en el taller. |
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