Casa taller
Niños artistas, padres y profesores
En 2003, con el apoyo de la Fundación por el Arte y la Congregación religiosa canadiense Notre Dame, involucrada gracias a la gestión de Claire Chénard, pude implementar el primer taller de niños artistas en la comunidad de Otuzco, en el departamento de Cajamarca (norte peruano).
Fue una aventura, un sueño que con el tiempo se convirtió en una realidad plena de colores, nutrida en el talento ancestral de los niños que se materializaba en hermosas pinturas en cada día de aprendizaje en el taller. El éxito logrado nos motivó a seguir creciendo y en el año 2005 implementamos un taller similar en la comunidad de Llacanora, con la ayuda de Ramón Sala.
Fue una aventura, un sueño que con el tiempo se convirtió en una realidad plena de colores, nutrida en el talento ancestral de los niños que se materializaba en hermosas pinturas en cada día de aprendizaje en el taller. El éxito logrado nos motivó a seguir creciendo y en el año 2005 implementamos un taller similar en la comunidad de Llacanora, con la ayuda de Ramón Sala.
Las creaciones artísticas de los niños parten de su imaginario intimamente vinculado a su realidad y cultura. El taller se ha convertido en el espacio ideal para crear sus propios temas, utilizando las nuevas técnicas aprendidas: la témpera, el acrílico, el batik, la arpillería, relieves y grabados, entre otros.
A fines del 2005, el presupuesto económico con el que sosteníamos el taller finalizó y nos encontramos en la necesidad de buscar alternativas para seguir manteniéndolo, así que decidimos promocionarlo con la intención de vender las pinturas. Empezamos invitando a algunos amigos, luego realizamos exposiciones venta con la ayuda de jóvenes cooperantes que organizaron exposiciones de apoyo en otros países y tambien conseguimos ubicar algunas obras en tiendas de arte - como la galería Dédalo, en Lima. Con estas actividades hemos generado ingresos para mantener el taller hasta hoy. El dinero recaudado ha servido para comprar materiales, pagar el alquiler de la casa y dar a los padres de los niños un porcentaje del dinero, para que lo utilicen en la educación de sus hijos.
En este proceso, el esfuerzo valioso de amigos artistas como Oswaldo Cepeda Rafael, Rosa Diaz Vigo, Heidi Sánchez Chang y Carlos Portocarrero Cabrera, ha sido fundamental.
Este 2008 inicio un trabajo independiente con la intención de seguir buscando la sostenibilidad del taller en el tiempo. Es un nuevo reto.
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